Castro Prieto

Y es como si yo hubiera estado en cada una de sus fotos, de niña, de joven, de vieja, de muerta
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Irrealidad y cuento.
Más que cuento, historia.
Una historia de esas que te cuentan cuando eres niña, cuando te reúnes esas primeras veces hasta tarde con tus amigos y te cuentan, más que cuentos, historias.

Irrealidad e historias.
De esas que cuando volvías a casa mirabas al cielo esperando ver algo, de esas que hacían que te encogieras en cada esquina, hombros pegados a las orejas, manos en los bolsillos.
Historias que convertían la brisa en monstruos, los espejos en fantasmas, las puertas en portales y una sonrisa en un aullido.

Los escenarios de Castro Prieto susurran cuentos, historias, irrealidades demasiado reales.
Y es como si yo hubiera estado en cada una de sus fotos, de niña, de joven, de vieja, de muerta.

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